Ya acaba el viaje...un poquito de juego en el hall del hotel mientras esperamos al transfer que nos llevará al aeropuerto...
y después al avión...
Con un cinturón unido al de mama...
El primo, con una facilidad pasmosa para dormirse nada más subirse al avión...
Y así acaba nuestro viaje por Alemania...
Berlín, una ciudad que aunque no nos parece de las capitales más bonitas de Europa, no te deja impasible por ser protagonista de excepción de la Segunda Guerra Mundial...un consejo: callejear, perderse por sus calles...dejarse llevar por su tremenda historia.
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