LA CHINA MAS RURAL...

LONGSHENG, LAS TERRAZAS DE ARROZ, "EL ESPINAZO DEL DRAGÓN"...BIENVENID@S A LA CHINA MÁS RURAL.

Parte I

Comenzaba uno de los mejores días del viaje. Hoy viajábamos hasta el pueblo Longsheng, a casi 100 kilómetros de distancia de Guilin. Nos levantamos temprano y desayunamos, dejando atrás casi todo nuestro equipaje.  Oscar nos esperaba con el coche, así que nos pusimos en marcha. La carretera era de montaña, y en muchos tramos había habido desprendimientos debido a las lluvias recientes. Celia fue casi todo el viaje dormida, cosa que es de agradecer porque se habría mareado con tantísimas curvas…

 Desde luego esta niña es una viajera nata, se adapta perfectamente a todo, es capaz de hacerse kilómetros andando sin quejarse ni una sola vez, será que está acostumbrada a ello ya que conoce más países que años tiene… ¡¡es lo que tiene tener padres viajeros!!.

La verdad es que el viaje se hace muy corto porque no se puede despegar la vista de la ventanilla ya que el paisaje es precioso, ríos, lagos, montañas, cataratas, inundan todo lo que la vista es capaz de abarcar.

Eso sí¡¡... muchos tramos de la carretera estaban prácticamente cortados debido a los desprendimientos de tierra de las recientes lluvias.

Al cabo de unas tres horas llegamos a la entrada de la aldea. El coche debía quedarse allí porque la subida a la aldea se hace a pié, subiendo cientos de peldaños por eso no podíamos llevar mucho equipaje.

Oscar nos contó que en la aldea viven varias etnias, la más numerosa es la etnia Yao, el 98% de la población china es de la etnia Han y sólo el 2% restante pertenece a diferentes etnias, las etnias tienen permitido tener otro hijo siempre y cuando la primera haya sido niña, por cierto en China están prohibidas las ecografías para determinar el sexo del bebe con el fin de evitar los abortos masivos de niñas.

Bueno,como iba contando las mujeres Yao son conocidas porque sólo se cortan el pelo dos veces en su vida, cuando nacen y cuando se casan. Y en esta aldea hasta hace sólo 20 años no se había visto nunca un coche, como decía Oscar “estáis en la China profunda, la China real”…comenzamos a subir y la verdad es que costaba bastante,

                                 … por el camino hicimos varios descansos y aprovechamos para hacer varias fotografías…

        

Por el camino pasaban también los “sherpas” que se ofrecían a llevarnos en baldaquín, pero nos daba un poco de vergüenza porque eran hombres mayores y nos recordaba a la época colonial…

Aunque para ser sincera, a los 40 minutos hubiera dicho adiós a mis principios y me hubiera encaramado a alguno de ellos…si no hubiera sido porque a los lados del camino se extendían acantilados y me daba miedo morir despeñada,ja,ja,ja… de todos modos Oscar se apiadaba de nosotros de vez en cuando y nos daba un descanso…

 Cuando llegamos a la aldea, nos dice que aún nos queda una subida más, porque nuestro hotel es refugio de montaña y está en la misma ladera cerca de los arrozales… así que para arriba¡¡¡

La verdad es que la subida mereció la pena cuando vimos el hotel y las vistas,

¡¡¡Que Maravilla!!.

 Era entero de madera, totalmente ecológico e integrado en el paisaje, con una enorme ventana con vista directa a los arrozales, con una cama bajo ella y un farolillo que tuvimos encendido toda la noche dando un toque especialmente mágico a la habitación…que sensación dormir viendo la estrellas¡¡¡…

Deshicimos el poco equipaje que llevábamos, nos dimos una ducha y bajamos a la terraza del hotel a comer, porque después iniciaríamos otra vez el ascenso, esta vez a las terrazas de arroz.

  

En cuanto estuvimos listas comenzamos la subida, esta vez fue muy entretenida porque nos cruzábamos con las mujeres Yao que son muy agradables y entablábamos conversación con ellas,

 una incluso nos enseñó como se peinaban,