LONGSHENG, LAS TERRAZAS DE ARROZ, "EL ESPINAZO DEL DRAGÓN"...BIENVENID@S A LA CHINA MÁS RURAL.
Parte II (importante leer antes el post de más abajo)
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... Otras incluso nos vistieron a Celia con la ropa local para hacerle una foto…
Y, cuando llegamos a la meta y nos estamos haciendo la foto de rigor…
Aparecen las fans de Celia a pedirle fotos, ja,ja,ja…
Cuando llegamos arriba del todo y vimos el paisaje inabarcable con la mirada nos quedamos sin aliento…era majestuoso, ¿cómo describiros lo que sentimos allí? todo de un verde irreal, un silencio absoluto solo roto de vez en cuando por los pájaros, el olor a tierra húmeda y hierba recién cortada…yo recordaba cuando mi padre nos llevaba al campo de niñas y nos decía “niñas, respirad hondo que es aire puro”, y eso hacíamos respirar hondo para que China inundara cada poro de nuestra piel…
Era tan hermoso que no queríamos bajar, así que le dijimos a Oscar que él se fuera que nosotros nos íbamos a quedar hasta que anocheciera y ya nos veríamos mañana para el regreso, así que nos fuimos a una pequeña terraza de allí cerca desde dónde se veían perfectamente las terrazas y allí nos quedamos casi toda la tarde.
¡¡Qué cerca del cielo estuvimos esa tarde!!.
Dicen que las terrazas son una obra de ingeniería de 800 metros de desnivel sobre 66 kilómetros cuadrados, escalonando y moldeando las montañas. Un trabajo de una paciencia y una laboriosidad infinita que tardó más de 300 años en acabarse y que visto desde los aires parecen miles de dragones chinos jugueteando, o el espinazo de un dragón enorme de ahí el nombre.
Son espectaculares en cualquier fecha, en primavera y verano por que están inundadas de agua, reflejando los cielos, en verano y otoño porque el arroz lo cubre todo de dorados y en invierno porque la nieve lo cubre por completo creando muy bellas formas.
Cuando anocheció bajamos al pueblo y nos fuimos a cenar, por supuesto al aire libre (bien recubiertos de loción anti mosquitos) pedimos lo más típico: arroz y cerdo en bambú.
Después de la cena nos fuimos a dormir, porque el día había sido muy largo y estábamos terriblemente cansados, y la verdad es que descansamos estupendamente,
Después de desayunar comenzamos el descenso, mucho más cómodo que la bajada, nos cruzamos con l@s porteador@s que ayudan a bajar el equipaje por las escarpadas escaleras.
Nos íbamos de Longsheng, pero siempre lo conservaremos en nuestro recuerdo.
Imágenes para recordar:
¡¡Volvíamos a Guilin, a pasar la noche, recoger el resto del equipaje y a partir el día siguiente en vuelo a Shanghai!!... Pero nos llevamos muchas hermosas sensaciones y la sonrisa cálida de las personas que nos cruzamos...
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