En Geiranger teníamos contratada una excursión que nos llevaría por el fiordo del mismo nombre, siguiendo la llamada "Carretera de las Aguilas". Así que después de un maravilloso desayuno complando las hermosas vistas, un par de buenos cafés expressos en una de las muchas cafeterías y, de cambiar dinero...
Nos dirigimos hacia los temders para dirigirnos al puerto, cuando los puertos son muy pequeños el barco se queda fondeado a poca distancia y se desembarca y embarca en esas pequeñas embarcaciones...
Subimos a nuestro autocar y recorrimos la "Carretera de las águilas", que constituye la única conexión con "el resto del mundo" durante el invierno.
Enseguida llegamos a la "Curva del águila", una amplia curva con una impresionante vista del fiordo y las montañas circundantes. A lo lejos pudimos distinguir las cascadas que reciben el evocador nombre de "las Siete Hermanas", así como varias granjas que parecen colgadas de paredes rocosas.
De la carretera de las águilas pasamos a la carretera de los Trolls, de la que dicen que es de las más peligrosas del mundo por sus curvas de 180 grados y su tremenda inclinación.
Seguimos subiendo hasta llegar a la parte más alta de la carretera, desde donde pudimos ver el lago Eid, el cual se congela completamente durante el invierno y la gente patina y pesca en el (pescan haciendo un boquete en el hielo)...
Esta catarata se congela desde el mismo nacimiento y también la escalan...
En Eidsdal llegamos al fiordo de Norddal y recorrímos la costa y el pueblo de Norddal antes de girar hacia el interior, dejando el fiordo a nuestras espaldas, para seguir el valle hasta llegar a la granja de Herdal, donde se hace queso.
Aquí nos detuvimos para visitar la granja, que consta de unos 30 edificios: las pequeñas casas de madera tienen tejados de paja y se han construido en un lugar seguro, lejos del peligro de los desprendimientos de tierra que son tan frecuentes bajo el pico del imponente monte Heregga.
Nos enseñaron su forma de vida, como trabajan el campo y con los animales, fue una sensación maravillosa estar entre esas montañas imponentes y escuchar de fondo la música que una de las hijas tocaba con un violín...
El padre nos invitó a cerveza que el mismo hacía en casa y a probar la carne de reno...
Depués nos dirigimos hacia otra granja cercana donde fabricaban queso y nos explicaron como se hacía...y por supuesto lo probamos ;-))
Una curiosidad, plantan en los tejados para que crezca la hierba y actue de aislante natural..pero ¿sabeis como la cortan cuando crece demasiado?...suben a una cabrita pequeñita y se la va comiendo ;-))
En el viaje de vuelta hacia el valle, de nuevo pudimos contemplar las vistas al pasar por Eidsdal y la "Carretera de las águilas" que lleva a Geiranger.
Ya en el puerto nos hicimos la foto correspondiente con un troll, una de las muchas que nos haríamos durante todo el viaje...
Y una vez en el barco nos fuimos corriendo hacia el camarote para poder sentarnos en el balcón a contemplar la salida del barco...Y eso sí...esta vez poder ver al "Pretendiente" frente a las "Siete Hermanas"...
Y por supuesto, como broche final, a ponernos guapitas para la cena...un broche perfecto para un día ideal ;-))
Continuará... (que sí mujer de poca fé ja, ja, ja, ja)...
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